Los pueblos indígenas de varios países de las Américas están experimentando un creciente número de casos y muertes por COVID-19, y la Organización Panamericana de la Salud instó a las autoridades de salud a «redoblar esfuerzos para prevenir el avance de la infección en dichas comunidades, así como también para asegurar el acceso a los servicios de atención de salud».
«La pandemia COVID-19 representa un riesgo para la salud de los pueblos indígenas, tanto aquellos que viven en áreas urbanas como los que viven en asentamientos remotos o aislados donde el acceso a los servicios de salud es un desafío y la capacidad muchas veces limitada para atender a toda la población,” dice la alerta de la OPS.
Para interrumpir la transmisión de COVID-19 en comunidades indígenas, la OPS recomienda que los líderes indígenas participen en acciones para detectar casos a tiempo, obtener confirmación de laboratorio, aislar casos positivos, y rastrear y poner en cuarentena sus contactos.
«Entre las poblaciones indígenas que viven tanto en asentamientos remotos o aislados como en áreas urbanas, algunos de los factores de riesgo que podrían estar asociados a altas tasas de mortalidad por COVID-19 son la desnutrición, el acceso deficiente o falta de acceso a los sistemas de salud, así como a agua potable y saneamiento básico, además de la alta carga de enfermedades parasitarias», señala la alerta.
La OPS analizó la situación COVID-19 entre las poblaciones indígenas de varios países. En Bolivia se registraron 31.249 casos y 1.135 muertes. Brasil reportó 7.946 casos confirmados y 177 muertes entre los pueblos indígenas en todo el país. Canadá tuvo 334 casos confirmados en cinco provincias, incluidas 6 defunciones. Hasta el 6 de julio, se han notificado 1.534 casos confirmados, 73 de ellos mortales entre los indígenas de Colombia, mientras que en Ecuador se han confirmado 4.498 casos, incluidas 144 muertes. En México, se registraron 4.092 casos, 649 de ellos mortales, en poblaciones indígenas. En Estados Unidos, se han notificado 22.539 casos confirmados en 12 áreas del Servicio de Salud Indígena. Y en Venezuela, se han notificado 152 casos, entre ellos una muerte, entre los pueblos indígenas.
Las estrategias de vigilancia del COVID-19 en las comunidades indígenas deben incluir la vigilancia comunitaria llevada a cabo por los residentes, así como la atención primaria, en hospital, y en centros de salud, con especial atención a reportar rumores de casos o muertes relacionados con la fiebre y dificultad para respirar que deben ser investigados para determinar la causa y proporcionar atención médica rápida a los afectados, dice la alerta de la OPS.
La OPS destacó la importancia de una buena comunicación sobre COVID-19 entre las comunidades indígenas, utilizando lenguas indígenas y adaptando mensajes para considerar prácticas y culturas locales con símbolos e imágenes cuando sea necesario. «Las formas en que se transmiten los mensajes deben ser validadas por las mismas poblaciones indígenas. Las imágenes utilizadas en los documentos y en las redes sociales deben ser incluyentes y no deberían nunca estigmatizar a los pueblos indígenas», señala el documento.
La alerta recomienda que las autoridades sanitarias fomenten los intercambios entre los profesionales tradicionales, los terapeutas ancestrales y otros miembros de la comunidad «para que medidas específicas como el distanciamiento social, el diagnóstico, aislamiento y tratamiento consideren sus visiones del mundo, prácticas ancestrales existentes y sus contextos. En este sentido es también importante considerar la importancia y el sentido de la medicina tradicional tiene para los pueblos indígenas».