Pese a la inseguridad vial, los ciclistas disfrutan el placer de la actividad física y las oportunidades de socializar
Elegir la bicicleta o caminar como formas de movilidad reduce el estrés. Y ya no es una idea o percepción: lo afirman un gran número de científicos.
Una investigación publicada en “Environment International”, concluyó que si una persona elige la bicicleta para movilizarse y llevar a cabo cualesquiera actividades, sus niveles de estrés pueden reducirse hasta en un 10.51%.
Si elije caminar, puede reducirlos en un 6.24% .Sin embargo, si opta por trasladarse en automóvil, su estrés aumentará en un 1.43%.
¿Cómo lo midieron?
El grupo de investigadores seleccionó a 120 participantes de tres diferentes ciudades (Londres, Amberes y Barcelona) y midió sus niveles de estrés en tres semanas, durante todo un año, a través del “galvanic skin response”, o respuesta galvánica de la piel, que mide la sudoración del cuerpo humano y sus variaciones.
“Es una forma de medir cómo la piel conduce o no electricidad. A la gente se le pone un brazalete en el brazo y se mide qué tanto tarda la electricidad de llegar de un sensor al otro. Eso cambia de acuerdo al nivel de estrés que uno tenga”, explicaron Juan Pablo Orjuela, investigador de la Universidad de Oxford y Helen Yang, estudiante de doctorado del Imperial College.
El artículo resalta que, incluso con las situaciones que puedan generar picos de estrés en los ciclistas -como lo es la seguridad vial-, las últimas investigaciones hechas al respecto arrojaban que había una percepción positiva al elegir la bici como modo de movilidad.
Un estudio de 2019, por ejemplo, destacaba que las razones por las que los ciclistas eran más felices estaban relacionadas con la posibilidad de predecir el tiempo de viaje, el placer de la actividad física y las oportunidades de contacto social. Pero hasta ahora no había mayor literatura que tradujera esa satisfacción a números.
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¿Qué puede influir en que haya más o menos estrés?
“Puede estar el tráfico, el tiempo, la convivencia. Lo interesante del estudio es que muestra que, pese a todas las cosas que pueden afectar el estrés, el modo que se elija para transportarse es clave”, dijo Orjuela, y reconoció que el factor geográfico tampoco puede desconocerse. Es decir, los resultados podrían cambiar si la medición se hiciera, por ejemplo, en Bogotá.
“Este estudio se puede hacer en Bogotá y los resultados serían distintos. Pero hay que resaltar que en Colombia tenemos la idea de que todo en Europa funciona perfecto, y es algo que no podemos exagerar”, destacó.
Fuente: El Universal