El coronel del Ejército mexicano José Isidro Grimaldo ha aparecido muerto este miércoles en Guadalajara. Grimaldo había desaparecido hace unos días, cuando se desplazaba de Jalisco a Zacatecas. El militar estaba de vacaciones. Al parecer, las autoridades han encontrado su cuerpo golpeado, según ha informado el periodista Ciro Gómez Leyva. Ni la Secretaría de la Defensa Nacional, ni la Fiscalía General de la República han informado al respecto.
Grimaldo, que hasta mayo comandó un cuartel del Ejército en Nuevo Laredo, Tamaulipas, es el segundo mando militar asesinado en pocas semanas en el centro del país, una escalada pocas veces vista en estos años de violencia. A finales de noviembre, sicarios tirotearon un convoy de la Guardia Nacional, en que viajaba el general José Silvestre Urzúa, que coordinaba a la Guardia Nacional en Zacatecas. El ataque ocurrió después de que la Guardia Nacional realizase un operativo en la comisaría de policía del municipio de Pinos.
A diferencia del caso de Urzua, se ignora hasta el momento si hay detenidos o pista alguna por el caso de Grimaldo. Las autoridades encontraron su auto en Tonalá, con los vidrios rotos, pero no está claro a qué distancia estaba de su cuerpo. En cambio, el Gobierno federal informó hace unos días de la detención o muerte de varios integrantes de la célula del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que habría atentado contra el general.
Como ocurre o ha ocurrido en Estados como Guanajuato o Morelos, la situación en Zacatecas empeora con el paso de los meses. Es la entidad del país que cuenta más policías asesinados este año —54—, con una tasa de homicidios disparada —más de 100 por cada 100.000 habitantes el año pasado— donde los asesinatos de alto impacto se han sucedido en las últimas semanas, sin que hasta el momento se adivine una solución en el horizonte.
A principios de mes, sicarios asesinaron en la entidad a un juez de control, que se encargaba de atender las primeras etapas de los procesos judiciales. El juez, Roberto Elías Martínez, de 50 años, vivía en Guadalupe, municipio vecino de Zacatecas capital. Los asesinos lo alcanzaron por la mañana, cuando salía de su casa. Le dispararon varias veces y se dieron a la fuga. De momento no se sabe quién y por qué podría haber estado detrás del ataque.
Argumento habitual en regiones atenazadas por el crimen, en Zacatecas muchos atribuyen la violencia actual a una pugna entre el cartel de Sinaloa y el CJNG. Sea cierto o no, es un argumento que se replica en otras regiones del país, con estas u otras siglas. El problema de esta explicación es que deja en segundo plano las redes de corruptelas tejidas en torno a los grupos que ejercen la violencia, siempre dependientes del poder político y los presupuestos locales.