Víctimas de la masacre en el balneario “La Palma” de Cortazar fueron sepultadas, mientras familiares reclamaron públicamente al gobernador Diego Sinhue Rodríguez que se refiera al ataque como “una venganza” entre cárteles o por vínculos con la delincuencia organizada.
En el ataque de un comando de unos 20 hombres armados la tarde del sábado dentro del balneario “La Palma” murieron acribilladas siete personas, incluyendo un niño de 7 años y tres mujeres.
Cinco de las víctimas eran parte de una misma familia, por lo que fueron velados y posteriormente sepultados juntos, la tarde del martes en un panteón de Cortazar, donde residían.
El domingo, mientras visitaba y recorría la feria de Aguascalientes, el gobernador panista de Guanajuato Diego Sinhue Rodríguez anunció la integración de una célula de la Fiscalía estatal para llevar la investigación de estos hechos.
Pero luego, anticipándose a los resultados de la misma, afirmó tener información de que podía tratarse de “un ajuste de cuentas” entre grupos criminales, por una “serie de venganzas que ha habido en Guanajuato desde hace tiempo y que se dan en el resto del país”.
Durante el sepelio, uno de sus familiares expresó su indignación por estos señalamientos del gobernador pues, dijo, gracias a ello las víctimas “serán recordadas como criminales” sin que lo fueran, aseguró.
También sostuvo que la Fiscalía general de justicia del estado ya constató esto, pues indagó sobre los antecedentes de las personas fallecidas, así como revisó teléfonos celulares y otros indicios.
“No mataron a ningún delincuente, se acabó una familia”, señalaron los deudos de las personas asesinadas el sábado.