Desde que se fundó el Instituto Federal Electoral (hoy INE), ningún candidato de la oposición ha sido agredido, calumniado, agredido, espiado e intimidado por un presidente republicano como lo experimentó Xóchitl Gálvez en esta elección.
El INE y el Tribunal Electoral no siguieron a sus antecesores y se comportaron de manera traidora, ignorando todas las acciones ilegales del presidente López Obrador para destruir a Gálvez.
Porque es López Obrador.
Por lo tanto, Xóchitl, en esta elección, representa la dignidad de muchas personas que han sido perjudicadas por las violaciones cometidas por el Presidente de la República.
Los médicos son comparados con bandidos.
El país está utilizando paramédicos y enfermeras como material desechable en esta pandemia, ya que trabajan sin ropa protectora mínima y México ocupa el primer lugar en el mundo en términos de muertes de personal médico por contagio de Covid.
Deja a niños con cáncer en manos de un criminal, López-Gatell, y se niega a comprar los medicamentos que necesitan porque su ego es el primero en luchar contra el laboratorio.
Recibe ingresos de quienes trabajan en los consulados de México en el exterior -donde nuestro personal calificado defiende a conciudadanos en problemas- porque cree que son autónomos.
Dejó a sus hijos sin atención profesional en guarderías, que ordenó eliminar porque pensaba que los niños eran pura corrupción.
Revocó las becas para estudiantes mexicanos en el exterior porque pensaba que asistían a universidades que eran escuelas matonas neoliberales.
Trata a los periodistas que no siguen su línea como criminales en sus conferencias matutinas.
Pasó de puntillas por los propietarios de pequeñas y medianas empresas y los dejó morir solos durante la pandemia: “No vamos a salvar las empresas.
Así suceden siempre las cosas.
Xóchitl es un reflejo de los ciudadanos, organizaciones civiles, dirigentes partidistas, exfuncionarios y profesionales que sufrieron el sometimiento de López Obrador durante sus casi seis años de gobierno.
Sólo el Tribunal y algunos jueces tuvieron la decencia de decir que no.
El organismo electoral, creado para supervisar el cumplimiento de las reglas electorales justas, ha sido entregado a México.
El INE y los tribunales lo permitieron.
El INE se negó a dar puntos, como en elecciones presidenciales anteriores, advirtiendo que los programas sociales no pertenecen a ningún partido y nadie tiene derecho a solicitar una votación a través de ese partido.
Qué cobardes son las instituciones que colapsaron por capricho del presidente y presión de los dirigentes de Morena.
Morena se negó a publicar anuncios contra la compra de votos y el chantaje electoral a millones de ciudadanos.
Desde la fundación del IFE en 1990, los partidos políticos han tenido derecho a voz, pero no a voto en el Consejo General.
López Obrador ha atacado a Xóchitl con vulgaridad y brutalidad.
Avergüenzan a Xóchitl al no mencionar su nombre en el debate.
Ya sea que le guste el estilo de Xóchitl, su equipo o su estrategia, lo más importante es que representa los agravios del Presidente contra millones de mexicanos y sus sindicatos.
Es triste ver cómo miembros de las instituciones creadas para frenar el abuso de poder guardan silencio, mostrando cobardía, como si la historia de este vergonzoso revés en 2018-2024 nunca fuera a escribirse.