Jalisco reafirmó su posición como uno de los destinos turísticos más importantes del país durante la primera semana del periodo vacacional de Semana Santa, al registrar una afluencia superior a los 1.8 millones de visitantes entre el 12 y el 20 de abril, lo que representa un incremento del 4 por ciento en comparación con el mismo periodo del año pasado.
De acuerdo con cifras preliminares del Sistema de Información Turística Estatal (SITE), este flujo de visitantes generó una derrama económica estimada de 4 mil 347 millones de pesos.
La proyección oficial es que al cierre del periodo vacacional, que abarca también la Semana de Pascua, Jalisco reciba cerca de 3 millones de personas.
Entre los destinos más concurridos destacaron Puerto Vallarta, los Pueblos Mágicos del estado y la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Puerto Vallarta atrajo a aproximadamente 170 mil turistas, quienes dejaron una derrama económica preliminar de mil 400 millones de pesos, lo que representa un aumento del 2 por ciento con respecto al año anterior.
Según datos de la plataforma Datatur, el punto más alto de ocupación hotelera en el puerto se registró el viernes 18 de abril, con un 92 por ciento de ocupación.
Por su parte, los Pueblos Mágicos de Jalisco reportaron una afluencia cercana a 980 mil visitantes, con un crecimiento del 5 por ciento respecto a 2024 y una derrama económica superior a mil 896 millones de pesos.
De ese total, más de 800 mil personas participaron en la Ruta del Peregrino, lo que implicó un aumento del 8 por ciento.
La ciudad de Guadalajara también tuvo una destacada participación en el flujo turístico, con alrededor de 400 mil visitantes y una derrama económica preliminar de 735 millones de pesos, es decir, un crecimiento del 3 por ciento frente al año anterior. La ocupación hotelera en la capital del estado se ubicó en un 60 por ciento, mientras que en municipios como Tapalpa y Talpa de Allende se reportaron ocupaciones superiores al 75 por ciento.
Con estos resultados, Jalisco no sólo consolidó su liderazgo turístico a nivel nacional, sino que también fortaleció su proyección como un destino clave para el turismo religioso, cultural y de playa, combinando atractivos naturales, eventos tradicionales y conectividad.
