Kinshasa/Brazzaville/Ginebra. Se ha puesto fin al décimo brote de enfermedad de Ebola en la República Democrática del Congo. No hubiera sido posible superar este brote prolongado, complejo y difícil sin la gestión y el compromiso del gobierno de este país africano, con la ayuda de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de numerosos asociados y donantes, y, por encima de todo, de los esfuerzos desplegados por las comunidades afectadas por el virus causante.
La OMS dio las gracias a todas las personas que trabajaron arduamente y en condiciones a menudo peligrosas para poner fin al brote y, al mismo tiempo, insiste en la necesidad de no bajar la guardia con respecto a la vigilancia. En los meses venideros, será fundamental seguir prestando apoyo a los supervivientes y mantener una vigilancia intensiva y los sistemas de respuesta pertinentes para poder contener posibles rebrotes.
Este brote, que se declaró el 1 de agosto de 2018 en la provincia congoleña de Nord Kivu, ha sido el segundo más amplio del mundo y ha presentado la dificultad en registrarse en una zona en conflicto. Se han contabilizado 3470 casos, 2287 defunciones y 1171 supervivientes.
El Dr. Moeti , Director Regional de la OMS para África añadido que «hoy en día, la República Democrática del Congo puede responder al ebola con mayor eficacia, inteligencia y rapidez. Además, todo ello ayudará a luchar contra la COVID-19 y contra brotes de otras enfermedades».
Aunque el décimo brote de ebola en este país africano ha terminado, la lucha contra esta enfermedad continúa. De hecho, el 1 de junio de este mismo año se notificaron siete casos en la ciudad de Mbandaka y en la zona sanitaria vecina de Bikoro (provincia de Equateur), en lo que constituyó el undécimo brote declarado. Para prestar apoyo a la respuesta que está dirigiendo el Gobierno congoleño, la OMS ha enviado a más de 50 funcionarios y ha vacunado a más de 5000 personas.