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El balcón de Ana, una de las zonas más importantes correspondientes al Callejón del Beso, en Guanajuato, fue cerrado a modo de protesta por los presuntos casos de acoso cometidos por los fotógrafos contra las trabajadoras del recinto.

Lo anterior fue revelado por Norma Gámez, la propietaria del inmueble, quien decidió cerrar las puertas el pasado sábado 28 de mayo luego de enterarse de las agresiones que recibía su personal de parte de este gremio cuya molestia recae en la generación de competencia sin previo aviso.

El problema habría comenzado desde el pasado 14 de febrero, cuando se puso a prueba un programa de fotografía artística en el lugar cuyo fin fue encontrar algo de recuperación tras el impacto económico que trajo consigo la pandemia del Covid-19.

El programa, pese a ser un proyecto particular u al interior del recinto, generó la molestia de los fotógrafos del Callejón del Beso, quienes comenzaron con las agresiones.

“Pues de ahí comenzaron los problemas y después intentando quitarme del negocio, comenzaron las ofensas y el hostigamiento para mi personal, hay varias carpetas de investigación precisamente por lo mismo”, dijo la dueña.

Gámez se dijo obligada a cerrar el balcón, pues no pudo hacer frente a las problemáticas causadas por los fotógrafos, quienes la culpan por el incremento de la oferta.

“Yo me vi obligada a cerrar el balcón y eso fue ayer, entonces desgraciadamente fue producto de eso, esto comenzó el problema, estuvieron ofendiendo a mis empleados nuevamente y retándolos a golpes, entonces tiene un trasfondo ya de bastante tiempo”, afirmó.

La mujer mencionó además que se reunió con fotógrafos y personal de la Dirección de Fiscalización y Control, y de Seguridad Pública, con quienes se firmó un acuerdo que, señala, no se respetó.

Incluso Gámez relató que después del convenio vinieron nuevas agresiones en contra de su personal, de hecho, destacó contar con una denuncia de acoso sexual que espera sea atendida por las autoridades competentes.

¿Qué dicen los fotógrafos?

Lo que cuentan los fotógrafos del Callejón del Beso, que por cierto recordaron ejercer su actividad durante décadas, es diferente a los dicho por Norma Gámez, pues señalan que no hay ningún tipo de acoso de su parte contra las trabajadoras del lugar y que todo el problema recae en la misma propietaria, a quien acusan de no tener permiso para capturar imágenes de los turistas y hacer negocio con ello.

“La señora, la dueña del balcón del lado izquierdo, ella tomó esa decisión (cerrar) porque nosotros tenemos 30 años trabajando aquí y ella comenzó a tomar fotos desde febrero del año pasado. A partir de ahí, comenzamos a tener muchos problemas con ella. Su giro de ella es tienda de artesanía de recuerdos y se le ocurrió echarnos competencia a nuestro trabajo sin permiso. Ella nos ha querido correr de una forma u otra porque nos pone en contra del gobierno”, aquejaron.

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