Los hechos ocurrieron en el municipio de Juventino Rosas, Guanajuato, donde José Antonio Yépez construyó una red de protección
Mientras las autoridades mexicanas aplauden la captura de José Antonio Yépez, el “Marro”, realizada el pasado 2 de agosto, en el municipio de Santa Cruz de Juventino Rosas se percibe una mezcla de luto y admiración al líder del Cártel de Santa Rosa de Lima.
Este martes, durante distintas diligencias en dicha región, agentes de Investigación Criminal fueron recibidos por un grupo de personas, la mayoría mujeres y niños, que gritó consignas en apoyo al cabecilla huachicolero: “¡Arriba el Marro, puro triángulo de Santa Rosa!”.
En el operativo participaron al menos 60 elementos, quienes realizaron una revisión en la finca donde se resguardaba Yépez Ortiz el día de su captura, en la comunidad Franco Tavera. En el inmueble los elementos colocaron sellos de propiedad incautada.
Después, se trasladaron al poblado vecino de San Antonio de Morales en donde cerraron el acceso principal y catearon una propiedad del Marro, que era utilizada como tienda de abarrotes. Durante la operación se recuperó una camioneta con reporte de robo y se detuvo a dos sujetos.
En aquel sitio, se encontraba el grupo de pobladores que vitoreó al Marro y encaró a las fuerzas armadas. Al concluir el operativo, las mujeres exclamaron a los agentes: “rateros, llévense también la basura”.
En Juventino Rosas, donde es originario el Marro, muchos ven al líder criminal como un “Robin Hood” de nuevo cuño que creó empleos para los pobres y combatió incursiones de pandillas rivales.
Según informes de inteligencia, en distintos municipios, incluido Juventino Rosas, Yépez Ortiz diseñó todo un pueblo para cometer sus crímenes, sembrar el terror en Guanajuato, vivir rodeado de lujos con su familia y huir de la policía mexicana.
La zona conocida como “triángulo del huachicol”, se convirtió en la propiedad de éste, no sólo por la red de inmuebles que creó para operar y sobrevivir, sino por la lealtad de todos los habitantes.
La herencia del Marro persiste
En Guanajuato, la noticia sobre la captura de José Antonio Yépez Ortiz tuvo efectos ambivalentes: una sensación de cierta paz, principalmente para quienes habitan los municipios de la región Laja-Bajío, pero también la expectativa de un recrudecimiento de la violencia en el estado.
De acuerdo con nuevos informes de inteligencia, el Marro está en Almoloya, pero su herencia persiste. Adán Ochoa, mejor conocido como el “Azul” o el “Gordo Paz”, ha sido identificado como el nuevo cabecilla del Cártel de Santa Rosa de Lima.
El “Azul” es señalado como compadre de el “Marro”. De su identidad sólo existe una fotografía en donde ambos aparecen en un bar del estado de Sinaloa en el año 2017.
El predecesor del Marro estaría tratando de evitar el inminente desmorone del Cártel Santa Rosa de Lima restando importancia a la presencia del CJNG, quienes asegura públicamente “sólo son turistas”.
Este hombre habría aparecido en el radar de las autoridades desde el 2019 durante el operativo “Golpe de Timón”, donde se calificó como uno de los elementos de mayor confianza para Yépez Ortíz, al grado, incluso, de vacacionar con el capo guanajuatense.
En 2019, el Ejército mexicano intentaría catear la casa donde Ochoa presuntamente se encontraba descansando. Según la periodista Jannet López Ponce, el “Azul” permitió que los agentes del estado entraran en el lugar y buscaran indicios de armas o drogas, lo cual no sucedió.
Al no existir una orden de aprehensión en su contra, los militares tuvieron que dejarlo libre, sin pensar que algunos meses después se convertiría en el sustituto del “Marro”.