08 julio 2020.- No responder el WhatsApp o un correo electrónico. No ponerse al teléfono. No participar en una conversación. Ocultar datos. Generar suspense. Podría decirse que, en plena era de la información, el silencio sería un estado casi proscrito y antinatural en nuestro comportamiento, ya que la comunicación es una necesidad básica.
Sin embargo, no es así, con el silencio se abren muchas lecturas, respuestas y actitudes. Y no me refiero a la comunicación no verbal puesto que en ella hay gestos, miradas y posturas que pueden analizarse. Tras el silencio se esconde, en la mayoría de los casos, una estrategia.
Tipos de silencio
Ya en la escuela nos enseñan que, para intercambiar información, necesitamos un emisor y un receptor, un canal y un mensaje. Cuando el silencio se interpone en ese flujo, genera desfase. Alguien está encubriendo datos como el que esconde la carta definitiva en un juego de naipes.
Pero el silencio también supone confirmación o negación. Podemos hablar de toda una tipología de silencios asociada a la relación personal o profesional entre los participantes de la comunicación.
1.- Silencio afirmativo
Está vinculado a un suceso ya ocurrido, a una realidad que pretendemos avalar. Normalmente tiene significado pesimista, trágico o de culpabilidad. Su lema sería: “El que calla, otorga”. Supone una declaración seria y solemne. No es lógico que, si estamos felices o queremos anunciar algo alegre, nos quedemos callados, mirando fijamente a la otra persona o, aún peor, bajando los ojos. Este silencio comparte información, para mal, en la mayoría de los casos.
2.- Silencio de ocultación
Lo usamos para esconder una realidad que, aun conociéndola, no queremos transmitir. Nos posiciona en situación de “superioridad” frente a nuestro receptor, al manejar información y no compartirla, bien por no hacer daño, por hipocresía o, casi siempre, como juego de poder.
3.- Silencio compartido
Cuando ambos, emisor y receptor, desconocen algo que hay a su alrededor. Un futuro incierto. Una duda que conlleva desasosiego y frustración. Es un silencio de gran alcance. Se corresponde con la herramienta utilizada, en el ámbito literario y cinematográfico, para generar “suspense”, ya que posiciona al lector o al espectador en el mismo nivel informativo que al personaje de ficción.
El arte de decir sin contar
En el siglo XXI existen tantas posibilidades de comunicarse que, el no hacerlo, encierra un motivo directo. Antiguamente, la culpa siempre era del del mensajero, años después del servicio de correos y, casi siempre, del mal tiempo. Pero cuando las modernas tecnologías de la comunicación llegaron hasta nuestras casas para cambiar el mundo, el silencio se convirtió en el rostro moderno de un viejo y maquiavélico arte: decir cosas sin contar nada..