Ante gritos de vecinos del Callejón del Beso, el Presidente Municipal, Alejandro Navarro, “reinauguró” el emblemático lugar que había permanecido cerrado por “mantenimiento”.
Algunos vecinos y comerciantes de la zona cuestionaron al Alcalde en su discurso a prensa, pues se colocó, sin previa comunicación con ellos, una base de tabique, cemento y piedra, para instalar una banca pública y una luminaria en medio de la calle; reduciendo el paso peatonal y perforando el piso. El Alcalde aseguró que se trata de una base temporal.
Con una “llamada de teléfono”, y acompañado de propietaria del Balcón de Ana y los tres fotógrafos, el Alcalde también descartó de momento la “expropiación” del Callejón.
El pasado 5 de octubre la presidenta de la Comisión de Turismo del Ayuntamiento, Liliana Preciado Zárate, señaló que con la decisión de clausurar el Callejón del Beso y los conflictos entre los fotógrafos y la propietaria sólo “pierde la capital y el turismo”. Asimismo señaló que se debió optar por la conciliación, en lugar de cerrar la vialidad, que además viola el derecho constitucional del libre tránsito, al ser una calle pública.
“Es una mala decisión, tiene que apostarse por una conciliación entre ambas partes. Es vía pública, no se puede “cerrar por cerrar”, viola el Artículo 11 de la Constitución Mexicana. No podemos cerrar vialidades nada más porque queramos”, expresó.
De acuerdo con trabajadores, la clausura se debió a “trabajos de mantenimiento”, sin embargo, los reportes señalaron que el Alcalde antes había amenazado con clausurar el Callejón, si no se llegaba a una solución entre la propietaria del Balcón de Ana y el gremio de los fotógrafos.
En aquel momento, Preciado Zárate pidió a los prestadores de servicios turísticos recordar que la ciudad vive del turismo y al no ceder y no llegar a un acuerdo entre los involucrados, afecta a la primera imagen que se lleva el turista.
“A todos los prestadores turísticos nos duele y más porque ya viene el Festival Cervantino. Recordemos que somos grandes anfitriones y debemos comportarnos así”, refirió.
También señaló que el conflicto es una de las consecuencias de no tener un reglamento en materia turística en la capital, pues se necesita una regularización de la operatividad, así como establecer límites y sanciones.