Rufino Tamayo fue uno de los pintores mexicanos más reconocidos a nivel mundial. A lo largo del siglo XX pudo conjugar su herencia mexicana y también el arte prehispánico con las vanguardias internacionales, en piezas marcadas por el color, la perspectiva, la armonía y la textura.
Tamayo nació en Oaxaca un 26 de agosto de 1899, era “un pintor lleno de talento, imaginación, con un espíritu de invención que había convertido lo suyo, lo propio, lo natural, lo que le perteneció, siempre en una virtud para mostrársela a los demás”.
Sus murales se encuentran lo mismo en el Palacio de Bellas Artes, el Museo Nacional de Antropología y el Conservatorio Nacional de Música en México, que en el Dallas Museum of Cine Arts, la Biblioteca de la Universidad de Puerto Rico y en la sede de la UNESCO, en París, mientras que su obra es expuesta en recintos tan emblemáticos como los museos de Arte Moderno de México y Nueva York, el Guggenheim y la Philips Collection, en Washington. Sí, es uno de esos representantes de lo que se llama actualmente Orgullo Mexicano.