En caso de una catástrofe natural o una guerra nuclear, la humanidad tendría una gran reserva de semillas para poder tener la posibilidad de subsistir en la Tierra
Cerca del Polo Norte, a más de 100 metros bajo tierra, se encuentra la bóveda del fin del mundo “Svalbard Global Seed Vault”.
Ahí se resguardan más de un millón de semillas provenientes de más de 100 países.
En caso de una catástrofe natural o una guerra nuclear, la humanidad tendría una gran reserva de semillas para poder tener la posibilidad de subsistir en la Tierra.
Están resguardadas en una bóveda a -18 grados centígrados, protegidas de la humedad y posibles inundaciones, terremotos o explosiones.
Se pensó que se necesitaba un lugar frío en caso de que fallara el sistema de refrigeración.
Está ubicada a más de 130 metros sobre el nivel del mar, lo que la protege de posibles inundaciones en la Tierra.
Las semillas más importantes que se resguardan son: frijol, garbanzo, plátano, papa y trigo.
Las semillas se guardan en paquetes de aluminio sellados con calor, lo que garantiza una baja actividad metabólica y un perfecto estado de conservación durante cientos de años. Los paquetes se introducen en cajas de almacenamiento que se colocan en la bóveda.
Noruega invirtió 8 millones de euros para su construcción y recientemente invirtió 20 millones más para su modernización.
“Crop Trust” es la organización internacional sin fines de lucro, que se dedica a la conservación de las plantas esenciales para la alimentación.
Longyearbyen es conocida como la ciudad donde nadie nace (porque no hay hospitales) ni nadie muere (no hay cementerios porque si entierran personas los cadáveres salen del subsuelo por el congelamiento del terreno).
Tienen 2 mil habitantes. Hay estaciones internacionales de científicos que viven ahí durante largas temporadas durante el año.
aviso de osos polaresAdvertencia de osos polares. Foto de Ivone Frid.
Pueden estar armados porque es territorio de osos polares. Principalmente tratan de espantarlos, no de matarlos.
Ese es el mayor peligro en esta lejana tierra del Ártico Polar.
Fuente: López Dóriga Digital