«Murió en mis brazos»: El relato de los padres de Valentina, la chilena de 14 años que recibió un disparo de un policía en una tienda de Los Ángeles

La chilena Valentina Orellana-Peralta, de 14 años, que llegó a Los Ángeles este año junto a su madre, quería estudiar robótica y era fan de Los Angeles Lakers. Su padre estaba cerrando las últimas gestiones en Chile y tenía previsto reunirse con ellas en las próximas semanas.

Pero el 23 de diciembre sus sueños se vieron truncados. Valentina estaba con su madre probándose vestidos en un centro comercial en North Hollywood, cerca de Los Ángeles, cuando una bala perdida, disparada por un policía durante una operación para detener a un sospechoso de agredir a varios clientes, impactó en su cuerpo.

En una desgarradora rueda de prensa frente al Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), Soledad Peralta, madre de Valentina, explicó entre lágrimas y con enorme dificultad lo ocurrido.

«Estábamos juntas en el Burlington de North Hollywood en un probador de ropita para la Navidad. Escuchamos gritos, escuchamos gritos. Nos sentamos en un asiento abrazadas, rezando. Cuando algo impactó a mi hija, Valentina, y nos lanzó al piso y murió en mis brazos. No pude hacer nada», relató.

Y continuó: «Ver a una hija o hijo morir en tus brazos es uno de los dolores más grandes y profundos que un ser puede imaginar. Valentina significó el mundo para mí, para su familia, amigos, compañeros y vecinos».

«Ahora nuestro dulce ángel se ha ido para siempre. Valentina danos fuerza para hacer Justicia. No puedo más», aseguró. «No había un tirador activo»

El jefe del Departamento de Policía, Michael Moore, lamentó la muerte de la joven y dijo que el caso será investigado con transparencia. Moore mandó divulgar el lunes las imágenes de los hechos donde se ve al sospechoso –identificado como Daniel Elena López, de 24 años– ataviado con una gorra, gafas de sol y una cadena de bicicleta en sus manos.

El hombre da vueltas por la tienda y comienza a pegar a los clientes hasta que se ensaña con una mujer a la que golpea repetidamente.

Después, se muestra la llegada de los agentes, a la mujer a la que había agredido ensangrentada en el suelo y a uno de los policías disparando tres balas contra el sospechoso.

El probador donde estaba Valentina se encontraba justo detrás de Elena López. Se escuchan gritos, probablemente de la madre de la niña a la que los agentes hallaron muerta.

En las imágenes divulgadas parece que el sospechoso no lleva ningún arma –excepto la cadena– y tampoco se llega a enfrentar a la Policía. Elena López murió poco después de ser disparado.

«No había ningún arma, no había un tirador activo», puntualizó Rahul Ravipudi, abogado de la familia, que pidió que el oficial que disparó rinda cuentas. Por el momento, el policía ha sido dado de baja.

«Justicia para mi hija»

En la rueda de prensa, junto a Soledad estaba Juan Pablo Orellana, padre de Valentina, que viajó a Los Ángeles desde Chile tras conocer la muerte de su hija.

«Lo único que quería era ser ciudadana americana. Y ahora vean ustedes, mi hija muerta por el Estado y por estos asesinos de EE.UU. Esto fue lo que vino a encontrar acá: la muerte»

«Cuando mi señora me llama el 23 de diciembre en la noche indicándome que mi hija había sido asesinada por la Policía de Los Ángeles en el centro comercial de Burlington, se me vino el mundo encima. No tengo palabras para describir el desgarrador momento que estoy pasando», dijo.

Orellana aseguró que su hija «lo único que quería era ser ciudadana americana». «Y ahora vean ustedes, mi hija muerta por el Estado y por estos asesinos de EE.UU. Esto fue lo que vino a encontrar acá: la muerte», sentenció.

«Se nos vino el mundo abajo. Nos destruyeron como familia, como padre, como esposo. Mi única hija, Valentina (…) lamentablemente por el actuar negligente de un policía de esta ciudad», aseguró Orellana.

En un momento dado, el padre de la víctima mostró a cámara un patín:»Este regalo, ella lo pidió. Llegó el día después que la matasen por Amazon. Nosotros no sabíamos que era este regalo, que lo había pedido para irse en patinete a su colegio, porque muchos alumnos lo usaban. Mírenlo. Está nuevo, sin abrir. Ahora se lo iré a dejar a su tumba para que pueda patinar con los ángeles».

«Lo único que quiero es justicia para mi hija y se hará. No descansaré hasta el último día», concluyó.

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