Bloqueos, incendios y diversos ataques a la población bañaron de sangre a los estados de Chihuahua, Guanajuato y Jalisco, en una semana negativa que dejó como saldo 6 muertos y 7 personas lesionadas.
A esto se le suman, las familias que perdieron sus automóviles, así como las pérdidas millonarias de los negocios que fueron reducidos a escombros y cenizas.
Las primeras muestras de esta ola de violencia iniciaron en Zapopan, Jalisco, donde civiles armados robaron e incendiaron vehículos en la carretera a Saltillo; fue en esta entidad donde una persona falleció luego de que le robaron su vehículo. Todo esto fue producto de un enfrentamiento entre las fuerzas armadas e integrantes de la delincuencia organizada entre Ixtlahuacán del Río y Cuquío, anunció Enrique Alfaro, gobernador de la entidad.
La noche del martes 10 de agosto, el terror se trasladó a por lo menos 35 municipios de Guanajuato, como Celaya e Irapuato, donde hombres armados relacionados al Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) no sólo realizaron bloqueos y quemaron vehículos, sino que prendieron fuego a por lo menos 20 tiendas Oxxo.
Los videos e imágenes de los actos violentos no tardaron en generar consecuencias negativas contra México: el Consulado de los Estados Unidos emitió una alerta de seguridad debido a lo ocurrido en el área conurbada de Guadalajara. En tanto que las escuelas adscritas a la Universidad de Guanajuato no ofrecieron clases.
Luis Cresencio Sandoval, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), anunció que los enfrentamientos tuvieron su origen en un fallido operativo, el cual buscó capturar a Ricardo Ruiz Velasco, alias el ‘Doble R’, y Gerardo González Ramírez, alias ‘El Apa’, ambos cabecillas del CJNG y que se habían reunido.
Desde Jalisco, Enrique Alfaro reprochó al gobierno federal por una falta de coordinación para hacer frente a la delincuencia organizada, a la par de que anunció que 11 personas fueron detenidas por los hechos de violencia. Políticos de la oposición criticaron la estrategia de seguridad de la Cuarta Transformación, identificada por el eslogan ‘Abrazos, no balazos’.
Todo inició a las 13:00 horas en el Centro de Reclusión Social (Cereso) número tres de Ciudad Juárez, donde un motín ocasionó la muerte de tres personas privadas de la libertad; de acuerdo con reportes extraoficiales, serían ocho los fallecidos y pertenecieron a pandillas. Asimismo, en las calles de la ciudad fronteriza se hallaron los restos de una persona.
Al filo de las 17:00 horas, dos tiendas Oxxo fueron incendiadas por civiles armados; en uno de estos locales, dos mujeres perdieron la vida. Mientras que un Circle K y una sucursal de Del Río fueron baleadas por integrantes de la delincuencia organizada: cuatro personas resultaron heridas, incluyendo un menor de edad.
El terror se expandió a una zona de comercios, donde fueron acribillados cuatro trabajadores de la radiodifusora Mega Radio; uno de los fallecidos fue el locutor Alan González. Aunque ningún grupo delincuencia se ha adjudicado los ataques, este lamentable hecho refleja una vez más la crisis de seguridad que afronta el país y donde la población civil es la más perjudicada.